A veces creemos tener una idea sumamente original, cuando resulta que ya había unas cuantas miles de personas que habían pensado en ello mucho antes que nosotros. Hoy en día se abren nuevos caminos de participación gracias a conceptos como el Wiki. Qué mejor que un lugar donde poder compartir ideas, añadir nuevos conocimientos y aprender de los demás usuarios. ¿Podría ser esa escuela, aquella formada por y para todos, la que deberían tener en cuenta aquellos que se echan las manos a la cabeza cuando leen el famoso informe PISA?
En las jornadas WikiST, que se han celebrado en Medialab Prado los pasados días 18 y 19 de diciembre, se han tratado numerosos temas relacionados con la producción de nuevos estándares y, tal y como se dijo durante la primera jornada (de la que tenéis un amplio resumen en la anterior entrada de este blog), detrás de un estándar siempre hay un tipo de consenso. Para lograr ese consenso hace falta un abanico de ideas, ideas elaboradas por diferentes personas, personas que colaboran activamente en algo en lo que creen.
Hablaba de descubrir que alguien ya ha tenido esa idea que a uno le parecía tan original…Bien, ¿por qué cuesta tanto participar en algo que no hemos creado nosotros mismos? Sobre este tema también se ha hablado en las charlas del WikiST. En numerosas ocasiones se intenta desarrollar una idea de cero en vez de aprovechar/reutilizar los conocimientos ya generados sobre dicha idea. Con esto no digo nada nuevo, supongo que todos estaremos de acuerdo en que lo más interesante de un proyecto participativo es eso mismo: la participación. Pero también se habló, poniendo como ejemplo los blogs, de la “emoción del principiante”, alguien que abre su pequeño espacio en Internet con la ilusión de recibir visitas y comentarios pero que, poco a poco, va dejando de actualizarlo periódicamente porque no obtiene los resultados deseados. De hecho, como ayer comentaba Miquel Vidal, sólo quinientos de los varios cientos de miles usuarios registrados en Wikipedia participan activamente a diario en esta plataforma.
Hay algo con lo que no puedo estar más de acuerdo: aprender a manejarse (que no a manejar) con un software libre exige un esfuerzo extra, participar activamente en un espacio común requiere tiempo y, además, cualquier proceso de cambio exige, ante todo, paciencia y constancia. Como bien se dijo ayer, la producción del conocimiento actual depende en gran parte de la tecnología, por lo que debemos ser “cultos digitalmente”, es decir, saber leer/escribir/generar procesos de producción. No deberíamos, como dijeron los miembros de Platoniq, limitarnos a ser el último eslabón de la cadena de la cultura libre, sino formar parte de ella, intercambiar conocimiento y saber utilizar las herramientas adecuadas para ello, en definitiva, contagiarnos de la emoción que supone formar parte de un conocimiento libre y común.
Por tanto, lo importante de la nueva cultura digital no es ser el primer o último eslabón de la cadena de conocimiento, sino formar parte de ella. Participar.
Ana.
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