Too much for my mind…

 Rosa y yo nos hemos animado a escribir un post conjunto. ¿No creemos en la muerte del autor y en la creación colectiva? Doing is believing :).

Al leer el post «pobre blog de mediación» nos hemos visto muy identificadas. Con la conexión a Internet se multiplican no sólo las cuentas, las adscripciones a redes, las claves de acceso, sino también las posibilidades de acceso a textos, teorías, iniciativas, proyectos… Nuestra capacidad de atención y concentración no es ilimitada y, al final, se fragmenta entre todos estos frentes.

Nietzche decía que la lectura no era para gente con prisas.  Hoy no nos acercamos a los textos como antes (profundizando en unos pocos). La tecnología influye en nuestras condiciones de lectura. Accedemos  diariamente a gran número de fuentes de información (y, con el hipertexto, además a varios niveles), pero las leemos de forma fragmentada y, a veces, dispersa.

¿Cómo enfrentarnos a una página de teoría filosófica que necesita 4 pasadas de scroll para leerse? ¿Sabemos más o menos? Hemos ampliado el espectro de nuestros conocimientos, pero los hemos reducido en profundidad. ¿Qué implicaciones tiene esto, además de una cierta frustración por no poder acaparar todos los frentes que se abren? Entre otras, una frecuente: que a la media hora de navegar por Internet se te olvida por qué habías entrado…

Aquí teneis a a Rosa & company reflexionando sobre el tema…

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