Mañana, a las 19:00h, dentro de los Encuentros AVLAB disfrutaremos de una sesión que reunirá a artistas y escritores que trabajan el texto de una forma especial. Sus experiencias, las cuales se centran en el aquí y ahora, exploran narraciones que dialogan y nos conectan con nuestro presente. Javier Montero será quien coordine y dirija el encuentro, en el que Bruno Galindo, La Tristura y Claudia Faci nos mostrarán sus trabajos.
Por cierto, El País se ha hecho eco del evento
🙂
Si miramos atrás nos podemos quedar alucinados de la cantidad de encuentros de esta línea de Medialab que hemos celebrado.
Esta vez Daniel sigue siendo el coordinador de los AVLAB, aunque se nos ha ido a Argentina*, por lo que ha dejado a un director para cada uno de los encuentros en los próximos tres meses.
El sábado 18 de enero (vaya, unos días atrás) David Gómez presentó el nuevo Encuentro AVLAB. Los invitados fueron Pablo Palacio y Pablo Padilla, que nos ofrecieron, bajo el título Unas voces ocultas, diversas formas de entender los espacios sonoros.
Padilla nos mostró esta nueva forma de percepción sonora mediante la manipulación de espacios reales convertidos en sonidos que se deshacen de sus características propias para pasar a ser otros nuevos y originales.
Palacio, sin embargo, también manipulaba sonidos originales (como los del pico de un urogallo) pero sin el objetivo de deshacerse de la noción original del objeto.
Resumiendo, diversas formas de percibir un espacio sonoro determinado. Personalmente, no suelo ser amiga de los sonidos excesivamente manipulados (y la música, digamos, extremadamente contemporánea a veces me da dolor de cabeza) pero he de admitir que estos dos artistas cuentan con una base experimental muy trabajada y extremadamente afinada.
*Un saludo virtual desde Medialab Dani!!, qué envidia, que allí es verano!!.
El pasado sábado 29 de noviembre, a eso de las 17h, mientras preparábamos la sala para un nuevo encuentro AVLAB, el asunto se presentaba interesante.
un colectivo activista que interactúa en Second Life
un equipo que trabaja sonorizando videojuegos
un músico portugués cuyas composiciones provienen y recuerdan a la música de 8 bits.
Lo más interesante de esta jornada AVLAB fue la diversidad de temas que se mostraron, aunque todos relacionados con la cultura del videojuego (por cierto, me parece muy acertado el término ‘cultura’ en este ámbito, aunque no se suela utilizar demasiado.)
Curiosamente, la faceta menos vista del videojuego es aquella que se mostró gracias a Flavio y Carlos, de Arsgames y Rafael y Juan Miguel, de Pendulo Studios: los primeros se dedican a explorar la filosofía del juego (“play” versus “game”), mientras que los segundos elaborar de forma ‘artesanal’ los sonidos que acompañan al videojuego, haciendo que ellos dejen de ser un mero complemento para consolidarse como elemento importante del videojuego. 
Respecto a André (Sam Pull), el hecho de que sea un violinista que hace años se pasó a la composición mediante elementos digitales (sin dejar de lado sus conocimientos teóricos musicales) ofrece un añadido de calidad a su música. El compositor comentó que las líneas melódicas de sus temas recordaban a algunos clásicos, y así es. La unión entre lo que podríamos llamar “teoría clásica” y música electrónica da como resultado, en el caso de Sam Pull, canciones muy interesantes tanto a nivel compositivo como técnico.
El pasado sábado 25 de octubre se celebró un encuentro AVLAB con la colaboración de In-sonora. Alejandro González, Josu Rekalde y Pedro Palhares presentaron interesantes proyectos en los que el sonido se experimenta mediante la interacción con el medio mediante tubos físicos que amplifican el sonido de la estancia, o mediante un programa de edición audiovisual en tiempo real, o a través de una performance en la que las acciones son parte inseparable delos sonidos generados.
El término ‘música’ se separó de su concepción más tradicional, dejando paso a nuevas formas de intervención, tomándola como medio y no como resultado. El sonido fue el protagonista de todas las obras de los artistas que visitaron Medialab en esta edición, seguido por la fuerza visual de los elementos utilizados para apoyar dicho sonido (el proyecto de Josu Rekalde quizá es el que más utiliza dichos elementos.)
Una vez más, los artistas que han formado parte de este encuentro (y ya van diecisiete) no sólo nos han mostrado nuevas formas de expresar ideas mediante el sonido y la imagen, sino también cómo usar dichos conceptos en su mínima expresión, un sonido desnudado del orden que suele ofrecer la música, objetos que funcionan como instrumentos musicales -y como modificadores de los mismos- y narraciones cuyos elementos convencionales se alteran para producir nuevas formas de expresión.
Os dejamos un enlace al vídeo de la performance del proyecto que Chris Sugrue y Damian Stewart elaboraron en el taller AVLAB 1.0
En esta performance podemos ver a una bailarina que recorre el espacio de Medialab en busca de campos electromagnéticos que son proyectados mediante una representación visual y sonora.
Ayer se inauguró el primer Encuentro AVLAB de la nueva temporada, contando con la colboración de Experimenta Club (celebrado días atrás en La Casa Encendida) y el colectivo Limb0 (Laboratorio de Investigaciones Multidisciplinarias
buenos aires).
Wilson Sukorski, Félix Lazo y Andrés Jankowski nos explicaron y mostraron varias de sus obras que juegan con la experimentación sonora y visual.
Además de dar fe de que muchas de las ideas que hoy se desarrollan eran ya un comienzo de realidad hace veinte años -tal como afirmó Wilson Surkoski en su explicación sobre la interacción entre inteligencia humana y artificial-, estos tres artistas indicaron cuáles son algunos de los problemas y barreras a superar en el mundo de la experimentación actual. Por ejemplo, la eliminación de instrumentos para dar lugar al ambiente como única fuente de grabación sonora, tal cual afirmó Féliz Lazo, o el ‘autismo’ al que el músico electrónico debe enfrentarse al trabajar solo ante una pantalla de ordenador. Lo ideal, afirma Andrés Jankovski, es aumentar la interacción entre el espacio físico y el digital, así como la colaboración entre músicos.