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Cómo ser nuevo mediador y no morir en el intento…

Es el título de la nueva peli de Almediadovar… em, no. Lo siento, es que ya estoy pensando en las vacaciones…

Hace unos días comentamos la posibilidad de elaborar una especie de pautas que sirviese a los nuevos mediadores como guía de introducción a las tareas que normalmente realizamos.

Comenzar a trabajar en Medialab Prado es muy agradable, sobre todo porque todo el mundo te ayuda pero, como en todos los trabajos, los primeros días cuesta enterarse de tantas cosas a la vez. «Calma y tranquilidad», decía yo al principio (recordando un personaje de Terry Pratchett.)

Así que ayer, mis compañeros mediadores decidieron comenzar una guía para los futuros mediadores que trabajen en Medialab Prado. Es una gran idea que nos ocupará hasta que cerremos la sala en agosto (vaya, en breve.)

ana_fm

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Media(lab)ando

Esta semana, de las más tranquilas de los últimos meses, los mediadores nos estamos dedicando a pensar en la organización de la sala y las nuevas actividades -que son muchas y muy interesantes- que están por llegar.

Queremos que la gente que venga a Medialab Prado no se encuentre con un espacio vacío mientras que no haya actividades en marcha, ya que tenemos numerosos proyectos que se pueden mostrar a la gente: imaginad, con cinco o seis talleres de producción anuales, unos diez o doce proyectos por taller, el resultado es más que suficiente para poder exponer al público parte de estos proyectos.

Además, un medialab no sólo se queda en la etapa de finalización del prototipo y la muestra de resultados en la sala durante un tiempo limitado; nuestra verdadera meta es que la gente siga teniendo acceso a los proyectos realizados desde el primer día de trabajo, que tengan acceso a sus autores para colaborar con ellos, que puedan usar estos proyectos para otras investigaciones, etc.

Por otro lado, hemos habilitado un espacio de trabajo en la sala para que los artistas que vienen por aquí a iniciar y desarrollar proyectos puedan disponer de su propio espacio y de las herramientas necesarias para su trabajo.  Es agradable tener gente pululando por la sala: italianos, franceses, argentinos, portugueses, españoles… cada uno en su proyecto, colaborando, ayudándose y tomando café -ahí es donde solemos hablar más, en la máquina de café, está claro…-

ana_fm

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Reflexión personal sobre los espacios… ¿públicos?

El debate sobre la línea que separa el arte y el absurdo nunca ha dejado de ser polémico. Actualmente, parece que ya tenemos superado eso de discutir por discutir: si la televisión es asi porque el público lo quiere, si nos venden lo que les da la gana, si el arte de hoy no es arte, si el arte de ayer no era arte anteayer pero sí lo es hoy…

Los espacios urbanos no escapan a este debate. Al igual que se alzan voces en contra la dejadez de edificios públicos, como es el caso del colectivo Beti Jai, Medialab Prado, con todas la remodelaciones que su espacio físico está sufriendo (en un año estaremos instalados en la antigua serrería belga, al lado de nuestro edificio actual) también forma parte de este debate.

La instalación de Plazanimada, el entramado -Plaza de Luz- o la muestra audiovisual de distintos resultados de proyectos realizados en los talleres intensivos de Medialab, además de su carácter expositivo, han complementaedo estéticamente nuestra Plaza de las Letras que, antes de ello, era toda piedra.

Sin haber modificado físicamente la plaza, jugando con sus árboles, bancos y haciendo de todo ello un lugar más agradable, Medialab Prado intenta día a día abrirse al exterior, interactuar con los espacios públicos y con la gente que forma parte de ellos. Un espacio público no está completo si no está habitado, si sólo sirve para decorar una pared con luces o emitir sonidos de pájaros. Si no hay gente que interactúe con el espacio, la Plaza de las Letras -cualquier plaza- no es un espacio público.

Sin embargo, ¿qué ocurre cuando esta plaza se ve atacada por pintadas físicas y gente que no respeta unas mínimas normas de limpieza? Pues no pasa nada o, mejor dicho, no podemos hacer nada. Es un espacio público, es lo único que podemos decir.

Claro, desde mi punto de vista, nunca se debe perder el respeto hacia aquellas personas que forman parte de este espacio público, gente que no lo está pasando nada bien y que hasta nos ha ayudado a evitar un robo en Medialab avisando a los ladrones de que llamarían a la policía. Hasta aquí todo bien, y bien seguiría si no se hubieran superado unos límites por los que la gente de Medialab (bueno, hablaré por mí) ya no pasa.

Cada mañana hay que caminar a través de una suerte gimkana cuyos obstáculos son, diremos, de lo más orgánico. Por otro lado, creo que la cantidad de botecitos de ambientador que he gastado en algunas zonas de la sala de Medialab supera los máximos permitidos de contaminación del barrio. Además, y aunque esto se aparte del tema principal, añadiré que, cada vez que un equipo especial de limpieza llega para ‘despejar la zona’, el agua que sale de sus mangueras a presión se cuela por los cristales de medialab, convirtiéndose éste en un auténtico espacio de interacción exterior-interior (lo cual sería hasta bonito, si no fuera por todos los equipos elećtricos que hay debajo de estas goteras…)

Resumiendo, con este post no quiero demostrar nada, sino quejarme por lo que está ocurriendo: hay plazas, hay gente, hay muestras audiovisuales, hay interacción. Con un poco de respeto sería harto fácil demostrar al resto que los espacios públicos sí pueden funcionar. Mientras tanto, algunos seguirán aferrándose a la afirmación de que es imposible mantener con vida estos espacios públicos.
ana_fm

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Blog y novedades

Estrenamos blog, bonito eh?

Ha sido idea de nuestro mediador-ingeniero: Gabi.

Este sábado se celebrará una velada especial AVLAB. En nuestra web os adelantamos algo de lo que va a suceder, pero seguro que el directo nos va a dejar con la boca abierta (ni lo dudo, vaya…)

ana_fm

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Traducción. Investigación. Pedagogía

Hace unos días tuvimos una visita muy interesante en Medialab-Prado, y no quería dejar de comentar alguna reflexión que surgió durante la misma.

Los visitantes fueron un grupo de estudiantes de la Universidad de Málaga (principalmente de la licenciatura en Publicidad y RR.PP.), acompañados por Florencio Cabello (profesor coordinador). Vinieron a  presentar un proyecto de traducción colaborativa que acaba de culminar en la edición -en digital, papel y- en castellano de Código 2.0 (Codev2), de Lawrence Lessig, a través de la editorial Traficantes de Sueños. Con licencia CC.

Además de lo laborioso del proyecto, y de la valía de haber logrado coordinarse en un trabajo tan altamente exigente en términos de orden como es el de la traducción, merece la pena fijarse en cómo –y ojo, que nace en la academia- su proyecto gira en torno a un construccionismo comunitario poco común.

Utilizando la herramienta de la wiki, el proyecto ha hecho uso del contenido del texto (dado que el código que le da nombre no es otro que aquel de Internet: arquitectura libertaria y, claro, regulador social) y del grueso de la teoría del autor del mismo (ideólogo de Creative Commons) para concretar su modo de trabajo. Así, de forma natural este cuerpo de traductores ha derivado en uno de investigadores en grupo (puesto que cada término era discutido y sopesado para lograr una máxima fidelidad al concepto original), y de forma paralela el proyecto ha devenido ciertamente en innovación docente/educativa.

El material resultante ha quedado almacenado en la wiki de trabajo*, y supone por tanto una herencia para futuros traductores -alumnos o no-. Tanto el texto original -en inglés- como el traducido, permanecen editables online  para futuras modificaciones o actualizaciones; seguro que las habrá.

Finalmente, cabe mencionar que tal editabilidad de la wiki rompe con el binomio editor-lector: desenfoca las diferencias entre ambas figuras. Por supuesto que en Traficantes de Sueños reciben ese desenfoque de buena gana, y quién sabe si en un tiempo editarán en papel el texto (nuevamente) actualizado.

*Seleccionar «Entrar como Invitado».

jarA.

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En torno al umbral

Durante casi dos años, sabía de la actividad de Medialab (primero –Madrid y luego –Prado) sólo a través de su página web. En algún momento me registré en el newsletter, y cada semana recibía un resumen de las actividades que iban a tener lugar. No obstante, no lograba aunar agallas para acercarme, porque pensaba que iba a encontrarme con un montón de gente altamente cualificada haciendo experimentos electrónico-artísticos; sentía que no iba a tener nada que aportar.

Ahora que veo Medialab desde dentro, como mediadora, he notado que esa sensación es en cierto modo recurrente; en los últimos días varios usuarios me han comunicado ese pánico escénico que curiosamente habita en torno a la puerta de este espacio (físico) de producción. Precisamente me he decidido a colgar este post porque quizá anime a acercarse a quienes andan sólo en la parte virtual de Medialab-prado (de la web a la wiki y de ahí al flickr o a del.icio.us).

Igual que me ocurrió a mí, todo ese miedo se evapora al bajar las escaleras de Alameda 15 (Pza. de las Letras) y cruzar el umbral de la puerta. En ese momento las dudas se disipan, y los usuarios comprenden que éste es un espacio abierto a todo tipo de personas, independientemente de su cualificación o de su grado de profesionalización. Es más, a menudo son bien valiosos los apuntes de aquellos que creían no tener nada que aportar, puesto que aquí la clave está en el diálogo, la colaboración y la cooperación, y efectivamente sin esas aportaciones los resultados de las actividades medialaberas no serían los que son.

Puede sonar todo como a crisol utópico, pero confíen.

jarA.