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MásterDIWO

 

 

El proyecto MásterDIWO, lanzado hace unos meses por Rocío Lara y Jara Rocha (ex-mediadora y mediadora) surge de una detección compartida de ciertas carencias -estructurales y de contenido- en la propuesta educativa del sistema académico formal. El propósito no es necesariamente una contestación, sino una búsqueda común para construir procesos de aprendizaje complementarios y/o alternativos.

Se trata de un proyecto abierto en el que cada peer diseña su propio programa de aprendizaje, comparte su experiencia con el resto de participantes, y esa puesta en común es la que articula el conjunto de MásterDIWO (Do It With Others).

MásterDIWO tiene el apoyo de Medialab-Prado.

Objetivos del proyecto:

  • El objetivo principal de este proyecto es aprender. En concreto, el aprendizaje sería personalizado y abarcaría tanto aquellas áreas temáticas que nos interesan a quienes formamos parte de él, como el aprendizaje del propio proceso de autogestión del proyecto educativo.
  • Construcción de un prototipo de aprendizaje autodirigido e implementación de un modelo educativo desde los márgenes de la educación formal. Si funciona el prototipo, sería ideal que fuera replicable.
  • La documentación del proceso (flexible y abierto) se desarrollará usando unas herramientas acordadas y compartidas. De esta forma, optimizaremos tiempo y esfuerzos en la creación de estos contenidos específicos, gracias a la reutilización de recursos disponibles y a la compartición de éstos.
  • Favorecer la creación de una pequeña comunidad en torno a unos intereses comunes y fomentar las relaciones colaborativas en torno al proyecto. Un contenido que sea compartido sin tener que pasar anteriormente por un proceso de revisión formal.

Materias compartidas de estudio:

Redes, herramientas y procesos P2P

Procomún

Mediación Cultural

Participación:

Aunque MásterDIWO es un proyecto inclusivo, en la actualidad se encuentra en su fase de desarrollo. No obstante, las sesiones de mentoría son abiertas y las plataformas donde se desarrolla el trabajo de documentación son de libre acceso.

Mentorías:

Como alternativa a la propuesta académica, de tipo jerárquico, se ha diseñado un método de análisis de los procesos de aprendizaje. Las mentorías se conciben como diálogos entre peers, con intereses similares pero distintos grados de conocimento en las materias de estudio.

Herramientas de documentación e investigación:

La metodología es abierta y flexible, para adaptarse a los intereses de los peers y a la naturaleza de cada una de las materias de estudio. La labor de documentación continua es fundamental para favorecer la participación en el proceso, así como su puesta en común. En este work in progress el error tendrá un papel destacado, dado que no contemplamos la artificialidad de un aprendizaje sin error.

Herramientas de documentación:

Wiki

– Del.icio.us

– Twitter

Blog

 

 

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Más datos públicos de los que pensamos

Después de ir descubriendo la de recursos online que existen para poder examinar, contrastar y difundir datos públicos, una se pregunta si estos son escasos, insuficientes, o qué es lo que ocurre para que la gente no conozca dichos recursos (algo que me ha sucedido personalmente hasta hace unas semanas…)

Quizá no conviene que la facilidad de acceso a estos datos sea demasiado conocida. Esto es algo que ocurre constantemente en Internet: tenemos millones de recursos al alcance de nuestra mano y, sin embargo, no accedemos a ellos porque no sabemos intuimos que existen, pero lo que no sabemos es «cómo acceder a ellos»)

Supongo que la primera idea que me viene a la cabeza relacionada con esto es la importancia de una educación en la red. Hace poco, mi compañera mediadora Jara nos pasó un estudio llamado Digital Media and Learning, que habla de la necesidad de acomodar estos medios, ni nuevos ni desconocidos, a la educación.

No parece lógico que una tecnología, con su gran capacidad de comunicación -entre otras cosas-,  aún no haya sido acomodada a campos educativos de una forma organizada.

Personalmente, Internet no me pilló de niña, pero sí aún joven (aquí la plumilla ya tiene algunas patas de gallo) He vivido la revolución de la red Internet, y seguramente viviré la regularización y castración de ésta. La pregunta es: ¿sabremos usar Internet, después de todo?

Ahí queda la pregunta de marras…

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Enrolando ciudadanos, alumnos, vecinos…

Hoy por la mañana se ha llevado a cabo la primera mesa redonda de WikiST, nuevas formas de producción ciudadana de eSTándares. Bajo ese título común los participantes han expuesto sus reflexiones y experiencias sobre los usos sociales y las dinámicas que genera la introducción de la tecnología Wiki en las aulas.

Julen Iturbide se ha encargado de introducir el tema planteando una visión panorámica bien fundamentada y estructurada sobre estas implicaciones. Aplicar nuevas tecnologías en entornos educativos supone:

  • Aterrizar en un contexto donde ya existen una serie de estándares”, en primer lugar, entre ellos, el lenguaje.

  • Llegar a una fase donde el usuario sea a la vez competente a nivel de habilidades y consciente de su proceso de aprendizaje.

  • Hacer frente a problemas tanto tecnológicos, – como la existencia de otras dos herramientas que actualmente ya se han convertido en estándares tanto para profesores como para estudiantes: el correo electrónico y el procesador de texto – y de producción del conocimiento, – la evaluación entre iguales que implica la filosofía Wiki, opuesta a los modelos actuales en que el profesorado mantiene la única autoridad reconocida y legitimada para realizar esta tarea, estableciendo una relación jerárquica respecto a la producción de información.

En función de esto, ¿cómo se puede configurar el uso de Wikis en las aulas? ¿Por uso o por ley (directrices)? ¿Cuál será la práctica más adecuada para que el Wiki se convierta en un estándar de trabajo en cada clase?

Aunque no hay recetas infalibles ni seguridad sobre qué prestaciones, durante cuánto tiempo y con qué consecuencias se estarán usando, Julen nos propone reflexionar cada caso como distinto a los demás, estudiando su particularidad específica y su contexto. Intentar aunar o conjugar la voluntad (política) de la dirección y la base (de un colegio, de una empresa, de una comunidad), y sobre todo practicar, practicar y practicar.

Por su parte, LaFundició y el IES Joanot Martorell de la mano de Mariló Fernández y Montse Balbona respectivamente, realizaron un resumen de su experiencia en este instituto de educación secundaria. A través de la educación artística se propone intervenir sobre la institución educativa como un espacio público, generando una reflexión sobre la misma desde los estudiantes hacia la comunidad y hacia el mundo. En este caso, se buscó construir una Wiki como se busca construir un proyecto colaborativo orientado a pensar sobre una institución que desde el siglo XIX viene reproduciendo los mismos esquemas asimétricos en la producción de conocimiento. Además, al ser accesible online, la Wiki permitió sacar el debate fuera de los tiempos y lugares propios de las aulas, y hacerlo visible, generando un espacio para el ensayo y la propuesta sobre distintos temas de investigación, donde los estudiantes no sintieran de forma constante la vigilancia de los profesores.

Las dinámicas y el movimiento generado por esta experiencia llevó a proponer la traslación de este espacio autogestionado por los estudiantes del ámbito digital al físico, a través de la colocación de un contenedor donado por el arquitecto 2.0 Santiago Cirujeda para la ocasión. Ese fue el punto de inflexión en el que la Junta Directiva pareció revelar hasta donde estaba dispuesta a llegar en la permisión de este proceso de apropiación: se calificó y clasificó el espacio de lugar peligroso y de foco de infección, que no permitirían ni permitieron instalar en el patio del edificio.

 

Mari Luz Congosto, por su parte, que estuvo en Medialab Prado recientemente con motivo de BarriBlog, regresó en esta ocasión para hablar del Wiki que ha utilizado en su labor de profesora universitaria como una herramienta para incentivar la participación de los estudiantes, dado que en comparación con otras tecnologías, permite la comunicación bidireccional y por tanto el feedback sobre la asignatura de los estudiantes; es una información que se renueva continuamente por el uso y se abre hacia fuera de la academia y la universidad; además de generar dinámicas de trabajo que priorizan la colaboración sobre la competitividad y el individualismo.

Vemos así como dentro del mismo ámbito de actuación, en este caso el educativo, se dan distintos usos sociales de la misma herramienta. Usos que implican posicionamientos ideológicos diferentes respecto a configuración de las relaciones de poder, autoridad y legitimidad en los procesos de producción del conocimiento. La participación no tiene por qué ser siempre un sinónimo de poder real en la toma de decisiones, si queda restringida únicamente al ámbito de la gestión de información. Hay que pensar el “qué”, pero sobre todo el “cómo” en coherencia por el “para quiénes” y “por quiénes” de cada proyecto.

 

 

Más info en:

http://wikis.madrimasd.org/wikist/Debate_wikiST

 

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Escuela de base

Inspirándome de la presentación que hizó Daniel García Andújar en Medialab Prado con motivo de las jornadas sobre Propiedad Intelectual, para hablar del tema que se va a tratar hoy en el laboratorio del Procomún, y como comentarios al texto de Joaquín Rodríguez, os contaré una historia, menos metafórica, aunque bastante fácil de compartir, ya que se funde sobre esta pregunta: ¿Quién no se ha sentido nunca desfasado, inadaptado con un entorno directo? y ¿quién no ha querido a este momento rechazarlo, o huir bien lejos?
No estoy hablando de escuela, ni de entrar en una libreria, ni de cumplir con tareas de aprendizaje, sino de cualquier momento de la vida cuando se experimenta esta sensación de no encajar. ¿Qué es lo que nos pasa en este momento cuando no encajamos? Suele ocurrir cuando estamos sólo entre todo un conjunto de personas de las cuales nos sentimos diferentes y que parecen en cambio sentirse muy bien entre ellas. Claro, lo que nos falta a este momento preciso, es estar adaptado al grupo, y eso se hace adoptando los usos y signos que permite al grupo de reconocerse y de establecerse como grupo y de convivir. Dicho en otras palabras, nos sentimos desajustados cuando la cultura que se lee a través de nuestros gestos…no encaja con la cultura del grupo en el cual estamos. ¿Entonces que sería la alta cultura? Lo que le gusta a la élite, y que ella impone como el ideal al cual se debe aspirar, es decir el paradigma de la cultura, es decir este conjunto de signos que hay que manejar para entrar en este grupo privilegiado, la élite. ¿Qué es la escuela entonces? Un dispositivo hecho para perpetuar el poder de la élite transmitiendo su ideal difundiendo su cultura como la más digna y enviable. ¿Que sería pues la solución para que la cultura deje de ser la de la élite? Que su poder se derrumbe o que se deje de creer en su modelo cultural. ¿Y como lo podríamos hacer? Reflexionando sobre otros modos de relaciones y de gestión, pero antes usando algo como la tolerencia y la aceptación de varios imaginarios elegidos libremente, que se puedan mezclar y fomenten la creatividad. ¿Y para eso? Devolver las palabras, las cosas, los sentidos. ¿ Y eso dónde se puede hacer? En la escuela. Volvemos entonces al principio, a la escuela y a mi historia.
Si bien hay un sitio donde me sentí desfasada fue la escuela, porque no me gustaba y me aburría pero me iba bien, porque iba a un cole de pijos pero vivía en los barrios pobres, y porque en mi familia él que más lejos había ido en los estudios habia sido mi hermano obteniendo el bachillerato y yo entraba en las clases preparatorios. No es que no tenía «cultura», pero no era oficial, la mía cruzaba de forma irreverencial todo lo que me gustaba. Y un día pude medir toda la diferencia que existía entre yo y la alta cultura. Pasé un concurso para las grandes escuelas, maravilloso sistema muy equitativo, cuya segunda parte es oral. Y allí, lo entendí todo: el chico que justo después de mi habló era increíble, encarnación viva de la alta cultura, parecía llevar la historia de Francia en sus hombros, y la contaba con palabras tan cultas que soltaba con tanta soltura que me quedé fascinada, comparando mi forma de expresión torpe con estas “grandes palabras” que no se usaban en mi casa.
Pero a ver, no es que en mi familia hablamos mal, o que somos idiotas, es sólo que mis padres no ambicionaron nunca aspirar a la alta cultura, y entonces no nos fundamos nunca en este modelo, nunca mis padres se normalizaron o compartieron este modelo cultural. Yo, tengo que confesar que sí me identifiqué a cierto momento por haber escuchado a sus representantes y haber creido un tiempito que esta cultura, la que difundía el sistema de fabricación de élite donde había aterrizado, valía más que la cultura de mi familia. Menos mal, me duró bastante poco. La identificación a esta cultura es la normalización y lo que llaman ascensión social o integración es aculturación y aceptación de la cultura del más fuerte. Y claro, la imagen de la élite en Francia es todavía bien francesa. Justamente, mi madre como mi padre nacieron en una ciudad francesa de padres españoles y italianos immigrantes pobres. Lo normal. Pero claro de lo más lejos que podría remontarse en la genealogía de este chico sólo se encontraría a franceses. Estudiando historia de Francia, él veía la historia de sus antepasados, su propia historia, donde sólo veía procesos de construcción de un presente donde me encontraba por casualidad. La alta cultura pues es la Francia de una élite francesa, distinguida, cultivada… Y tal vez si nadie va a los museos, a los teatros, a las bibliotecas…, es porque la mayoría de la gente no se reconoce en esta cultura. ¿Será que la sociedad ha cambiado? ¿Será que los hijos de immigrantes se formaron y se construyeron sus propias vidas y culturas? ¿Será que no todos los que llegaron a un nivel social alto quisieron fundarse en el modelo de la alta cultura blanca francesa?
Es que en Francia tenemos un maravilloso sistema de educación superior, las clases preparatorias a las grandes escuelas. Traduzco: clases preparatorias y grandes escuelas para la élite y universidad para los demas. ¿A quién forma las grandes escuelas? A la élite, hijos de la élite. ¿ Y cómo se encuentra este país? En un estado de paralisis y depresión donde las tensiones sociales son fuertísimas pero que nadie parece querer solucionar.
Ya lo habrémos entendido, y como mi compañero Daniel, apuesto por el fin de la alta cultura, a lo que quiero añadir que me fascinan los grabados de Goya, me obsesionan las sonatas de Domenico Scarlatti, me dejan sin voz los espectáculos de los Ballets C de la B, y que considero a las novelas de Dostoievski como mundos donde me siento mucho mejor que en el donde estamos. Y no quiero perderlos. De hecho a nadie se le ocurriría querer destruir los grabados de Goya, impedir que se toquen las sonatas de Scarlatti, que baile les Ballets C de la B o que se dejen de publicar las novelas de Dostoievski. Por que lo que se pide cuando se pide el final de la alta cultura, es la multiplicación de los deseos y la adquisición de la libertad para ver y querer, sin que exista jerarquía entre los objetos expuestos. ¿Como se reconecerá lo bueno de lo malo? Eterna pregunta que se soluciona con una educación que no imponga marcos y canones, sino que se ocupe de la base, de lo que estaría antes de la cultura y del procomún. En las aulas habría que abandonar el modelo cultural de las élites sin rechazar sus objetos, quitando así una representación conflictiva y jerarquíca de las relaciones sociales, reconocer que no existe un modelo social más válido que los demás como nos lo quieren hacer creer las publicidades donde aparecen las perfectas familias bien vestiditas de niños rubitos y sonrientes, imágenes de la élite que sirven para vender y alimentar la cultura de masa, contribuir a la imposición de las normas y mantener el sistema generando la identificación de las masas -una parte por lo menos- a este modelo cultural. Haría falta no excluir ninguna fuente de experiencia ni tipo de actitud, y dejar en las puertas de las aulas las imágenes previas, los falsos sueños, los discursos publicitarios, las marcas, las posturas preconcebidas, los perjuicios. Haría falta volver a las palabras, sin más para que cada niño realmente acceda al lenguaje, para que cada uno prueba leer y hablar, y así obtenga las herramientas necesarias para construir su imaginario o horizonte cultural propio, que no sea exclusivo, unívoco, ni normativo, que sea libre y que tenga como únicos medidas y límites la creatividad y la realización de uno mismo.
La escuela sería no un lugar para añadir información, vehicular más y más, sino el lugar filosófico e inciático donde se iría poco a poco quitando capas de saberes absurdos y de apariencias inútiles para llegar en el corazón de las cosas, un desnudar conceptual progresivo, como la metáfora de la construcción del reloj de Hobbes en su De cive, hasta llegar al mecanismo de base que sostiene la creación, pero no sólo para conocerlo y volver a construirlo al idéntico, sino para que de lugar a miles de recreaciones diferentes.

Fuente fundamental: Chagrin d’école, Daniel Pennac