Durante casi dos años, sabía de la actividad de Medialab (primero –Madrid y luego –Prado) sólo a través de su página web. En algún momento me registré en el newsletter, y cada semana recibía un resumen de las actividades que iban a tener lugar. No obstante, no lograba aunar agallas para acercarme, porque pensaba que iba a encontrarme con un montón de gente altamente cualificada haciendo experimentos electrónico-artísticos; sentía que no iba a tener nada que aportar.
Ahora que veo Medialab desde dentro, como mediadora, he notado que esa sensación es en cierto modo recurrente; en los últimos días varios usuarios me han comunicado ese pánico escénico que curiosamente habita en torno a la puerta de este espacio (físico) de producción. Precisamente me he decidido a colgar este post porque quizá anime a acercarse a quienes andan sólo en la parte virtual de Medialab-prado (de la web a la wiki y de ahí al flickr o a del.icio.us).
Igual que me ocurrió a mí, todo ese miedo se evapora al bajar las escaleras de Alameda 15 (Pza. de las Letras) y cruzar el umbral de la puerta. En ese momento las dudas se disipan, y los usuarios comprenden que éste es un espacio abierto a todo tipo de personas, independientemente de su cualificación o de su grado de profesionalización. Es más, a menudo son bien valiosos los apuntes de aquellos que creían no tener nada que aportar, puesto que aquí la clave está en el diálogo, la colaboración y la cooperación, y efectivamente sin esas aportaciones los resultados de las actividades medialaberas no serían los que son.
Puede sonar todo como a crisol utópico, pero confíen.
jarA.