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Edición 2.0

La Edición 2.0 encarna la publicación y difusión públicas, haciendo uso de las nuevas herramientas de creación y diseminación, de contenidos de muy diversa naturaleza, especialmente científicos, de referencia y consulta, de manera que nuestra inteligencia colectiva crezca por encima de las aportaciones individuales, un objetivo encomiable bautizado como Ciencia 2.0.
(http://weblogs.madrimasd.org)

Mañana se presenta en Medialab Edición 2.0 Los futuros del Libro, de Joaquín Rodríguez (editado por Melusina.)Un debate que contará tanto con personalidades del mundo de las tecnologías como con editores tradicionales (Mario Tascón, Txetxe barandiarán, Luis Miguel Solano, José Pons…) y que tratará diversos temas relacionados con la industria editorial en un futuro que, día a día, cada vez se ve más próximo.

Parece ser que el constante progreso de las ediciones digitales, los nuevos formatos de lectura y las posibilidades que ofrece el cambio de algunos principios básicos relacionados con los derechos de autor son, para algunas personas, una auténtica amenaza para ese objeto transmisor de conocimiento llamado “libro.”
Pero afortunadamente – o eso pensamos muchos…- existe otra forma de ver las cosas, y es aquí donde entran en escena aquello que afirman que se puede continuar con el mercado editorial usando la libre distribución, solventando los problemas de derechos de autor gracias a nuevas licencias como Creative Commons, y promoviendo prácticas como la conservación del patrimonio escrito a través de su digitalización.

Llegados al punto en que vemos todos los baches que se encuentran a lo largo del camino, por otro lado bastante lógico y fácil de llevar a cabo, que lleva a una nueva posición del libro en la sociedad, uno acaba preguntándose si detrás de todo esto no se encuentra algo más “oscuro”. ¿Por qué habrá gente contraria al proceso de digitalización de libros? ¿Quizá porque es realmente un proceso de digitalización de conocimiento? Es extraño que en el siglo XXI aún se estile la idea, y encima se presuma de ello, de frenar el libre acceso al conocimiento.

Obviamente no todo el mundo pertenece necesariamente a un bando o a otro, de hecho, Joaquín Rodríguez afirma lo siguiente : «es muy posible que el debate sobre el futuro del libro tenga que plantearse no como el de una unidad inseparable -el futuro del libro, a secas- sino como el de destinos y futuros paralelos en función del tipo de contenidos que se comuniquen, las ventajas que se obtengan transmitiéndolos de una u otra forma y el tipo de público al que vayan dirigidos. En suma, para avanzar en este debate deberíamos comenzar a hablar, comenzar a pensar, en términos de «los futuros del libro», idea de la que este blog toma el nombre.»

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Control y Visualización de datos, Ciencia y Procomún, Comunidad y Sociedad.

Ya sé que mi reflexión no tiene nada nuevo: el conocimiento y la sed de conocimiento es la traducción de una voluntad de control del entorno. Desde el impulso más natural como él del niño que no deja de preguntar para poder situarse en un mundo que descubre hasta los sistemas más sofisticados de mapeado que usan estados mayores y servicios de información estatales, son maneras de estabilizar la realidad pasandola por filtros de representación que producen la ilusión de su conocimiento.
Pero, obviamente, no tengo el objetivo de vincular conocimiento y control de manera a proponer la ignorancia como llave de la felicidad general! Mi intención es unicamente apuntar la no perfección de la visualización de datos por una razón muy sencilla: que la visualización de datos en sí no es una disciplina sino una herramienta, que es el proyecto a cual está aplicada que determina si el objetivo de la visualización es positivo o no. Luego, quiero hacer hincapié sobre otra cosa, que en un espacio dedicado al entusisamo tecnológico y contemporáneo, donde a veces falta un conocimiento histórico de las cosas para evitar los ingenuismos exagerados y los falsos descubrimientos, es muy importante emitir una mirada crítica y un poco distanciada con el todo tecnológico, y reflexionar sobre si las nuevas herramientas valen para todos los temas y objetos. La discriminación atenta entre buenos y malos medios, la proyección y la consciencia de las posibles consecuencias del uso de ciertas tecnologías aplicadas en ciertos temas, y la medida del impacto real de un proyecto, son tres aspectos fundamentales que no se pueden olvidar por puro entusiasmo.
Que las cosas estén claras: la visualización de datos nace de la voluntad de sistematizar el conocimiento para hacerlo más eficiente. Los primeros catastros, visualización de un territorio nacional en relación con la propiedad de sus habitantes, se hace con el objetivo de hacer más eficiente la recogida de los impuestos y aumentar el control sobre las poblaciones. Se podría multiplicar este tipo de ejemplos. En la actualidad, el conocimiento de las emociones y de los gustos, si a la vez da la ilusión a quién se expresa de ser reconocido como una identidad específica no cofundida con las demás que manifiesta, por su elección, su originalidad que además puede exhibir delante de una masa no identificada que se puede revelar de forma esquemática como “amigos”, sirve sobre todo de herramienta de control y de marketing a las empresas que usan este conocimiento para elaborar nuevos productos de consumo, y formas egocentricas de entender el mundo. Pero ¿será que el sistema económico y social actual hace que el uso de la libertad siempre resulta ser el uso de una apariencia de libertad, una mentira, que sólo nos lleva hacia más control? O ¿será que, necesariamente, una herramienta siempre conocerá buenos y malos usos? ¿No se podría aplicar el principio de precaución a las nuevas tecnologías gracias a una consultación colectiva?
Es aquí precisamente, estrategicamente, que tenemos que ser vigilentes. Aquí significa, en el nacimiento de una herramienta, y vigilente significa aplicar el principio de precaución. En lugar de deber aplicarlo cuando ya este demasiado tarde, cuando ya la tecnología se ha difundido, y que sus consecuencias negativas obligan a los afectados a organizarse y encontar actitudes y soluciones paliativas, debemos aplicarlo ya al principio de la herramienta. El sector de la nuevas tecnologías y aún más el espacio de generación de una nueva herramienta es naturalmente el lugar de los expertos: porque son siempre pocas personas pionieras, porque al momento de su generación no se encuentra vulgarización ni educación simultánea, ni publicidad de la herramienta, porque se constituyen en comunidades codificadas y separadas del entorno social. Por eso, la palabra y la mirada del profano tienen que entrar, como garantía de la aplicación del principio de precaución, en el proceso de elaboración de la herramienta, para intentar explotar una herramienta unicamente por su lado positivo, es decir, para elegir o experimentar un modelo de desarrollo que intente excluir aplicaciones negativas, es decir en contra de las poblaciones, de una herramienta. No sería más eficaz publicitar las nuevas herramientas para que las poblaciones puedan elegir las vías de desarrrollo que se les . Democratización, está bien, mejor que nada, pero demasiado tarde. Actuar antes, en lugar de imponer una herramienta, constatar sus buenos usos, lamentar los malos, y obligar a la gente a participar a posteriori en algo cerrado, voluntariamente, imponiendo la participación como un valor social altamente moral y valorado. Entonces, ¿cómo hacer? La gente no sabe, no tiene el conocimiento para participar en la elaboración compleja de una herramienta nueva. Pero, existen otras maneras de participar que pasa por las formas de gestión y de difusión de los grupos de investigación, y de información y de formación, para devolver lo público al público. Y tal vez, en cuanto a la visualización de datos será demasiado tarde para experimentar las formas híbridas de democracia técnica abordadas en el laboratorio del Procomún, pero será bueno conservar esta reflexión para pensar formas de organización y de mediación para crear foros híbridos y otras formas de participación fundamentales para que las poblaciones se reaproprien su poder y su destino desde la elaboración misma de la herramienta. El momento de la creación como momento estratégico que invertir para la reapropriación de nuestro desarrollo y nuestro futuro.

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Preparacion del jueves: sobre derecho espacial

Manana, jueves 8 de noviembre, se recubre el ritmo normal de las sesiones de los jueves con una conferencia sobre derecho espacial, «Paz y derecho en el espacio exterior» por Rafael Garcia del Poyo, propuesta dentro del marco del ciclo El procomun o las nuevas miradas a lo publico.
Tengo que confesar que no soy nada especialista en este tema. Exactamente al contrario, apenas descubro que existe un derecho espacial, y lo descubro ahora que estoy preparando esta conferencia. Claro que ingénua soy, como podia creer que un espacio donde existen intereses y se juegan poderes podria ser aparentamente tan tranquilo sin aparato normativo?
Entonces, existe un derecho espacial.
Pero como se pueden vincular este derecho espacial con el procomun?
El espacio seria el unico lugar que benificiaria de un derecho cuyo objetivo seria su proteccion como procomun?
Para empezar me puse entonces a investigar un poco sobre lo que es el derecho espacial. Encontré el blog de Eduardo Gustavo Latorre Franco titulado Introduccion al derecho espacial.
Aprendi que efectivamente, nace por el fracaso utopico de su gestion pacifica por los Estados. En 1919, por la convencion de Paris se regula el uso del cielo. La necesidad normativa es una respuesta al uso, durante la primera guerra mundial, del cielo a fines militares.
Después de la segunda guerra mundial, y del uso de los cohetes V1 y V2 por lo nazis en el bombardeo de Londres, emerge la necesidad de regular el espacio con el objetivo de mantener la paz.
Alli aparece la especificidad de este derecho, y seguramente su relacion con el procomun:
Se elaboran entre los anos 50 y los anos 60, (a pesar o mas bien por la guerra fria para establecer y mantener la hegemonia de los dos bloques), dos tratados, uno en 1963 que prohibe la pruebas de armas nucleares en el espacio y otro en 1967, llamado el Tratado del espacio. En este ultimo tratado, las dos particularidades de este derecho aparecen de forma patente:
Art. 2: «El espacio exterior es patrimonio comun de la humanidad».
Art. 4: «Prohibicion de la militarizacion del espacio»: el espacio esta reservado a actividades pacificas.
Ahora si se entiende facilmente la relacion entre el procomun y el espacio, ya que este terreno por explorar parece estar gestionado segun el principio que hablamos con motivo de la democracia técnica, es decir «el principio de precaucion», y no el de la sociedad de riesgo. Parece ser que los diferentes Estados han entendido que el espacio es el terreno de los posibles y asumen su desconocimiento, entienden que es el terreno del futuro, no en una perspectiva economica sino social, medioambiental, colectiva.
Seria entonces que tendriamos un derecho espacial sensato hecho en beneficio de la sociedad mundial en general?
Este tratado es de 1967, y con eso, no se ha acabado la historia de la legislacion del espacio exterior y aun menos la de las presiones privadas o estatales, para empezar a pensar el espacio como un espacio economico y militar.
Y asi, se entiende aun mejor la relacion entre espacio y procomun: el espacio es un procomun. Ademas de ser un recurso comun, como el mar o la tierra, es también nuestro espacio de sueno y de futuro comun, espacio que se encuentra amenazado y que la colectividad debe proteger. También nos permite creer que existe otra sistema de normas, pacificas y bastante justas, y nos recuerda que las normas son construcciones y se pueden cambiar, y que pueden ser buenas y proteger a las sociedades, mas incluso en el caso del derecho espacial que debe proteger al conjunto de los humanos, ser bueno para la sociedad global, lo que significa que en el terreno del espacio se juega mucho, y las empresas también: el control sobre la sociedad global y sobre nuestro futuro. Ademas permite abarcar una relacion muy interesante que todavia no se ha aborado que es la entre procomun y paz. Y de esta relacion puede nacer varias preguntas fundamentales: La ereccion de un sistema procomun garantiza la paz? Es posible el sistema procomun fuera del estado de paz? El uso de la violencia puede ser un procomun, en el sentido de que deje de ser monopolio del Estado sino potesta de las comunidades de afectados que, para hacer respetar sus normas, aplican formas de violencia? La moderacion de los foros, de los blogs, o de cualquier red social, asi como Wikipedia usan sistemas de violencia simbolica o directamente fisica, como la imposibilidad de volver a acceder monentaneamente a la pagina, y esta violencia esta impuesta por la propia comunidad, no por una fuerza estatal o internacional organizada. En el mundo fisico, que puede provocar esta relacion entre procomun y violencia? O es que el procomun excluye la violencia y la guerra? O asume parte de esta violencia pero excluye la guerra?
En el caso del espacio, parece que la proteccion de lo comun pase por la exclusion de la guerra.
Pero el aparato legislativo a nivel mundial sera capaz contener las ambiciones empresariales y militares?
Segun la misma metodologia que creemos valida, y adecuada al asunto del procomun, pensamos entonces que el conocimiento y la publicacion y difusion de este derecho pacifico amenazado, en este caso a través de la conferencia de Rafael Garcia del Poyo, sirve a que podamos conseguir que no nos roben, nos desapropian de algo mas que de un bien o de un recurso, es decir de nuestro espacio de sueno y de futuro.

Links interesantes:
www.cede.org
www.salvador.edu.ar/026-cocc.htlm
www.instibaerospa.org

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La doble delegación, cuestionamiento y ruptura

El pasado jueves, en su exposición para el Laboratorio del Procomún, Antonio Lafuente puso sobre la mesa de debate un concepto de gran utilidad para pensar la relación del conjunto de la sociedad, de los ciudadanos, del pueblo soberano, de la gente del común, con el poder, la autoridad y con el conocimiento: se trata del concepto de la doble delegación.

La primera delegación se produce en dirección del pueblo soberano a los representantes políticos. Una primera instancia de delegación es el voto político para la representación parlamentaria, que constituye un eje vertebrador para la democracia representativa.

La segunda delegación, la hacen los ciudadanos cuando transfieren a los científicos y expertos, la capacidad para establecer y definir las dimensiones de los fenómenos naturales y sociales. Muchos de estos fenómenos, la mayoría de los que nos preocupan, son considerados como “problemas”, y por el mismo acto de la segunda delegación esperamos de los científicos y expertos las “soluciones”.

Un ejemplo de esta segunda delegación, lo voy a realizar ahora mismo: cuando consulto a la RAE el significado de la palabra “delegación”. Acudo a una fuente de “autoridad” (a la que por cierto voy a cuestionar unos párrafos más adelante), ante la necesidad apremiante de encontrar un consenso con los lectores sobre el concepto y poder seguir la disertación.

Según la RAE, “delegación” es la acción y efecto de “delegar” que a su vez consiste en una acción de vertiente doble e interconectada: “dar a otra la jurisdicción para que tiene por su dignidad u oficio, para que haga en sus veces o para conferirle su representación”.

¿Qué problemática presenta esta definición (en en general todas las definiciones de la RAE) cuando la examinamos con la lupa crítica a la luz de los nuevos fenómenos sociales?

Parece que se admite que en la “delegación” hay una transferencia de poder de alguien que lo detenta, no por razones netamente políticas o económicas, sino por su mera “dignidad”. Parece que hay un pacto entre ambas partes, la que detenta un derecho “natural” de autogobernarse y aquella en la que se delega. Esto se estableció así en el siglo XVIII como una condición previa para generar y mantener la paz social.

Ahora bien, como recuerda Richard Stallman sobre cuando habla del copyright respecto al software libre:

¿Fue transferido ese derecho natural para siempre?

¿Si cambian las condiciones (sociales, tecnológicas), no es necesario también modificar los términos del pacto social?

¿Qué sucede cuando la parte con derechos decide que no quiere renovar el pacto en su fórmula actual de voto cada cuatro años?

Además, ¿ha contribuido la delegación política actual a la verdadera paz social, o se han producido en los últimos doscientos años (desde las elaboraciones teóricas del contrato social) más muertes por hambre, guerra y desigualdad que nunca antes en la historia?

“Representación”: dice la RAE que, además de la acción de representar, implica una “figura, imagen o idea que sustituye la realidad”.

Y entonces, ¿qué obtiene el “representante” a condición de ejercer como esta parte en el pacto?

¿Se limita únicamente a recibir un salario o emplea su posición para mediar e interpretar con figuras e imágenes la realidad, en función de su propia visión e intereses?

Las nuevas tecnologías de la comunicación y la información y los distintos usos sociales y estrategias que distintos colectivos hacen de ellas, están contribuyendo a poner en cuestión estas dos acciones: la delegación y la representación.

En primer lugar, porque se han roto las barreras técnicas para la participación ciudadana en la gestión, control y evaluación política, que justificaban que la capacidad de voto se ejerciera una vez cada cuatro años. Se ha propuesto Internet, el DNI electrónico, los cajeros automáticos o los centros de votación automatizados como mecanismos alternativos para la toma de decisión y gobierno.

Pero lo que es mejor, para votar es necesario estar informados, y cada vez hay más libre acceso a la información y más foros donde ésta puede debatirse. Así podemos mantener el estatus quo de la segunda delegación consultando la página de la RAE o cuestionar este concepto, proceso histórico y las bases sobre las que se asienta escribiendo un post en este blog o generando en la Wikipedia un artículo donde se plantee la afilada problemática que se plantea.

Se cuestiona así la legitimidad de científicos y expertos como los únicos agentes sociales productores de conocimiento.

Ahora es necesario seguir investigando qué otras propuestas, experiencias, proyectos y alternativas existen fuera del ámbito digital para el retorno a la soberanía y la participación en la gestión del gobierno y del conocimiento. ¿Qué fenómenos se dan en el ámbito del cuerpo, del medio ambiente o de la ciudad?

Nuevas experiencias están surgiendo: los foros híbridos para la construcción colectiva de conocimiento y planificación salud, la Investigación y Acción Participativa en las ciencias sociales para la creación de nuevas políticas sociales, o los presupuestos participativos para decidir cómo se distribuyen los fondos procedentes de impuestos.

Seguiremos informando…

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Después de Ignacio Sotelo…

El jueves pasado tuvimos como previsto una intensa tarde en torno a la noción de democracia. Bueno, noción no exactamente, porque no se debatió según perspectivas de filosofía política, o de ciencias políticas, sino desde el punto de vista realista de la experimentación.
Tuvimos una parte optimista y una parte bastante desesperante.
La primera parte, es decir el cuarto, y no tercero como dije equivocadamente en el post anterior, encuentro del laboratorio del Procomún estuvo constituida por el comentario de Emmanuel Rodríguez al texto de Antonio Lafuente, con las aportaciones preciosas de Juan Carlos Salazar y de Jesus Carrillo. Aunque la complejidad y el aspecto novedoso de los términos y del debate parecían alejar los conceptos de democracia técnica, de afectados, de riesgo… a la experiencia cotidiana, en realidad de lo que se hablaba era de la posibilidad de volver a definir quienes somos en el marco de un Estado, o de un espacio territorial definido, cuáles son las formas de actuar entonces para tomar decisiones, y por lo tanto qué puede ser la cara del nuevo marco politico que provocaría esta doble redifinición. Si ya no somos ciudadanos dentro de un Estado nación cuyo modelo es la democracia representativa, habrá que ser indivíduos constituidos de múltiples identidades sociales que, afectados por un tema específico, definiéndose parcialmente y puntualmente según una de sus identidades en relación al tema por lo cual está afectado, se verán implicados en la elaboración de las decisiones al igual que las fuerzas científicas e institucionales, lo que abrirá los procesos de decisión y conducirá a una democracia participativa. Aunque Emmanuel Rodríguez como Jesus Carrillo no piensan que sea un modelo práctico que pueda convivir con el sistema representativo, ni que la participación del indivíduo pueda corresponder a la de «afectado», y que la única posibilidad conceptual es pensar un sistema opuesto, es decir una democracia radical, aunque practicamente irrealizable por su radicalidad, acabamos todos con la idea que una democracia donde los indivíduos se puedan reapropriar de una parte de su poder para solucionar o remediar problemas que los expertos y los políticos bajo presiones de intereses suscitaron, es posible y necesaria. Aunque falte mucho antes de averiguar su posibilidad, como pensar realmente todo lo que significa «afectado», el marco de funcionamiento o reconocimiento de esta palabra, la delimitación del poder de actuación de las formas participativas, local? global? dentro de los marcos geográficos y políticos actuales?, y definir entonces el tipo de espacio politico que sería esta aglomeración de afectados, acabamos esta primera parte entusiastas y convencidos de la posibilidad de una forma política mejor.
Y vino el Señor Sotelo.
El Señor Sotelo es un señor de 71 anos, que vivió la censura, la imposibilidad de hablar, el exilio, y que contribuyó a la lucha para establecer la democracia representativa. Y el Señor Sotelo es una referencia en filosofía política, ademas de haber él mismo experimentado varios sistemas políticos como ciudadano. El Señor Sotelo empezó entonces en un estilo muy socrático a explicarnos las diferencias entre la democracia ateniense y la democracia actual representativa, enseñando muy didacticamente y en una forma silogística que 1/la democracia ateniense tenía ciertas características, 2/la democracia actual representativa tiene otras características 3/entonces la democracia no es una forma política universal ni perfecta.
La delegación de poder y la representación no nos permiten realmente participar al funcionamiento de nuestras democracias. Sin embargo, sería sin sentido, aunque tecnologicamente posible, que todos los cuidadanos participen en permanencia en los procesos de elaboración de las decisiones, y conduciría al immobilismo. Volviendo a las teorías de Rousseau entre otras, el señor Sotelo afirma que el sistema representativo es el mejor para gestionar democraticamente una democracia constituida por millones de ciudadanos. Y de repente, por haber discurrido él solo unas 45 minutos, el señor Sotelo como buen platónico, dejó que se instaurara el diálogo, no un debate, sino un verdadero diálogo socrático a valor heurístico. Tras unas preguntas, el Señor Sotelo dio la razón a Antonio Lafuente que concluyó entonces por las diferentes afirmaciones del Señor Sotelo que el principio de representación era una «gran invención fallida», ya que primero los escrutines podían modificar el grado democrático de las votaciones, y sobre todo por el hecho de que la asamblea era el lugar de validación de decisiones que se toman mucho antes, y que corresponden a motivaciones muy lejanas al bien público. Intervino entonces otra persona del público, que en contra de la identificación entre democracia y mercado, proponía la posiblidad de la democracia participativa, esta especie de toma de poder de la sociedad civil sobre asuntos estatales. Y al Señor Sotelo le pareció totalmente posible, mejor, al Señor Sotelo le pareció ser la tendencia hacia cual se encaminaba el régimen en cual estamos, (que llamamos democracia porque hemos entendido que no es universal ni perfecto, pero que, si pudiera existir un paradigma aunque solo sea una forma utópica que tenga validez en mis suenos, dudaría en llamarlo asi), por ser una manera para el Estado actual de neutralizarnos y de descomprometerse en varios temas como la salud, o la educación, lo que le permitiría dedicarse más a la construcción de un poder oligarquico planetario. Pero su conclusión fue aún más ateradora, porque claro, de repente, nos hizo ver que el mercado correspondía a la democracia actual porque el poder esta en lo económico, y las decisiones económicas se toman a nivel europeo sin el mero control democratico, ya que se toman de forma secreta entre los jefes de gobierno que ya no tienen ninguna reponsabilidad delante de sus ciudadanos. De repente nos dimos cuenta de que nuestro debate era bonito, pero era ingenuo y impotente.
Fue un golpe duro, muy duro, que nos dio el Señor Sotelo, desde toda su experiencia, desde todo su saber, y su claravidencia.
Pero tengo dos esperanzas, dos cosas que me hacen esperar que el Señor Sotelo se equivoca un poco, apenas, lo justo para poder pensar y creer en otro modelo: el Señor Sotelo viene de una tradición política diferente, donde el Estado es una garantía, y de una tradición social diferente, donde la sociedad tiene pocos medios para expresarse. Pero entre la complejificación de las relaciones entre habitantes de un país, espacio territorial y Estado, y entre la llegada de las nuevas tecnologías, se puede percibir unas perspectivas nuevas. Primero, la gente ya no se siente ciudadana y, si se pone a cuidar ella misma del espacio público y a encargarse de las necesidades que tradicionalmente el Estado debía asumir, se puede suponer que exigirá un cambio en las relaciones que tiene con el Estado, y que podrá revelarse como un poder de presión, de cambio y de decisiones. Y gracias a las nuevas tecnologías, si bien es cierto que no tendría sentido intervenir cada día sobre el proceso de elaboración y voto de una ley, sentido tendría en cambio el uso de las nuevas tecnologías para exigir y acceder a más transparencia democrática usándolas como herramientas de control de los gobiernos.
Seguramente no podemos creer posibles los cambios radicales. Tenemos que, como nos invita el Señor Sotelo, dejar de ser ingénuos, y, con lo que tenemos, exigir, formándonos como grupos de vigilencia y de presión, como un colectivo, el colectivo más legítimo que pueda haber, él de los ciudadanos, al cual tiene que obedecer el Estado democrático, para el bien de los cuales sólo tendría que actuar el Estado. Recuperaríamos así una parte de nuestro poder legítimo.

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Democracias

Mañana, en Medialab Prado vamos a tener una tarde intensa dedicada a la Democracia, o más bien a las democracias.
A la hora de hablar de lo común, se hace inevitable hablar de la democracia, por ser supuestamente nuestro poder como pueblo y nuestro régimen, parece. Hemos hablado a lo largo de esos encuentros que sea del laboratorio del Procomún o del ciclo “El Procomún o las nuevas miradas a lo común” del Estado, de esta entidad que asumimos entre nosotros, gente viviendo en España reunido en Medialab Prado, como democrática. Lo consideramos a menudo como un ente negativo, un ente superfluo, oculto, corrupto, inadecuado, o a volver a definir, pero todavía no se dijo que papel se le quería dar. Lo que es cierto es que la pérdida de confianza en el Estado, por ser aquí, (España), llamado “democrático”, ha provocado una pérdida de confianza en el sistema político es decir la democracia. No vamos a entrar en sabias distinciones entre el régimen y el ente, y si el ente ha pervertido el régimen o al revés, como se suele hacer entre Stalin y Lenin para justificar el fracaso en URSS del comunismo.
La desconfianza y la inadecuación, entre la manera como nos considera el Estado, es decir como ciudadanos desencarnados, olvidados, ignorados, desdeñados, manipulados y engañados, y la manera como las evoluciones de la sociedad actual nos ha individualizado, llevan al cuestionamiento de la democracia como sistema verdaderamente bueno, o más bien, nos conduce a saber si este régimen en cual vivimos es verdaderamente una democracia. Invocar su universalidad es obviamente un pretexto absurdo de quién quiere justamente proteger el statu quo. La forma actual de régimen político que aproximativamente tenemos en occidente no tiene por que ser ni universal ni perfecta, y la prueba está en la desconfianza, en el alejamiento de las poblaciones de los procesos delegativos, y en los varios síntomas que los medias y los partidos políticos, que sean los poder o los de la oposición, estigmatizan como siendo las consecuencias del fin de los valores…
Pero la desconfianza viene del descubrimiento de que el Estado, y bien puede encarnarse actualmente en una parte específica del mundo en una democracia, actúa a favor de un grupo reducido de personas e intereses, y en absoluto a favor de los que constituyeron el pueblo, y que constituyen actualmente una agregación de individuos poco caracterizada fuera de ser considerados como consumidores.
Mañana parece entonces que se trata de cuestionar la democracia, y de pensar en otra democracia, en una democracia adaptada.
El título de la conferencia de Ignacio Sotelo y el comentario de su texto que se ha publicado en la página web de Medialab Prado es una manera de sugerir que no existe la democracia en si, y que la democracia ateniense directa, sin limitaciones a la libertad de los “ciudadanos” realidad de la cual estan excluídos esclavos y mujeres, es un tipo de democracia como lo es la democracia actual representativa donde el papel y el poder del ciudadano son muy reducidos y se encuentran además limitados por un aparato legislativo que no existía en la democracia ateniense. Ademas el autor pone en relieve que no existe relación entre los dos régimenes, que la democracia actual no es hija de la democracia ateniense. Lo que parece significar que la democracia ateniense fue una forma adecuada, hasta que se caiga, a la sociedad de la época ateniense, cuando la que tenemos, representativa y regulada con sufragio universal correspondió a otro tiempo y otra sociedad.
Pero ya no a nuestro tiempo ni a nuestra sociedad.
No vamos a describir la situación: la velocidad, los cambios, las tecnologías, un sistema capitalista avanzado, el aumento del control de las poblaciones, el desarrollo de un discurso del miedo, el crecimiento de la pobreza mundial, las guerras, las posibles enfermedades…
Pero el caso es que no veo, y claro que no soy la única, porque el régimen político, al igual que otros elementos fundamentales considerados siempre como intocables, la Escuela, el Arte…, deben quedarse como en el siglo XIX!
Y entre otras propuestas de nueva democracia, existe la posibilidad de una democracia participativa no exclusiva, es decir que se puede convivir con otros tipos de democracias. Está constituida por procesos de aprendizaje y producción de conocimiento colectivo que realmente hacen participar a la gente. ¿Pero quien es esa gente? ¿Son ciudadanos? ¿Son individuos? ¿Son usuarios? Son afectados.
Es decir que son individuos que se agregan a otros por ser afectados. La palabra “afectado” puede también estar entendida como “concernido”. Al asociarse y al integrarse en el proceso de producción del saber a través del diálogo, -lo que la vuelve más cercana a la democracia ateniense que a la democracia actual con el uso de la conversación en el ágora para elaborar la decisión política, ver Aux origines de la pensée grecque de Michel Vernant- esas individualidades se identifican como colectivo, durante el tiempo de la producción y de la toma de decisión… La identidad del afectado es temporal, y las identidades que constituyen a una persona pueden ser en la democracia participativa múltiples y cambiantes. La construcción del saber ya no está dejada a un grupo de expertos, a investigadores cortados de la sociedad y a menudo apoyados y apoyando al sistema actual, sino que dentro de un proceso inventado, no de consultación sino de participación, todos contribuyen a la producción del conocimiento. La invención de esta democracia técnica viene de la desconfianza que apuntamos, y de la imposibilidad de gestionar las incertidumbres fundamentales con la teoría de la “sociedad de riesgo”, que permite justificar en su conjunto la falta de ética, la debilidad de la ciencia, la corrupción e la inacción. Al contrario, se deben gestionar a partir del principio de precaución, que permite medir las decisiones, prever y restablecer la confianza social en lo científico y lo político. La separación entre ciencia y sociedad se debe superar gracias a formas de participación que permitan la construcción de conocimientos colectivos, entre científicos y afectados, cuyo conocimiento empírico es real y sus análisis muy finas, por ser vividas, y así se recupera la subjetividad como herramienta de conocimiento.
Estas soluciones, la de los “foros híbridos” de Michel Callon, son soluciones paliativas a las insuficiencias y engaños de la democracia actual, o por lo menos del Estado en general. Lo que significa dos cosas fundamentales: ¿Serán medidas temporales que permitirán acabar con la corrupción del aparato del Estado actual, pero que entonces no condenan en sí el modelo político actual? ¿Por lo tanto, una vez el estado de confianza restablecido que serán de esas medidas? ¿Se buscaria una forma política más permanente?
Y la segunda pregunta aún más importante es: ¿A quién se debe dar el poder en esta democracia participativa? ¿Cuales son los órganos que deben asegurar el funcionamiento de esta democracia?
Tenemos claro que resulta totalmente imposible dejar el poder a la figura política del Estado, y aún más a las personas físicas que lo constituyen. Hay que generar entonces una organización horizontal donde cada uno se turne y asume una función para la colectividad, donde procesos de producción de saber, de aprendizaje y de decisión hacen participar las individualidades según una de sus varias identidades que corresponden a las afecciones que “padece”. ¿Realmente este sistema puede convivir con el sistema actual de democrac
ia representativa?
Es volver a la pregunta, ¿Realmente el sistema de procomún puede convivir con el sistema propietario?